En un intento por sofocar los temores relacionados al racismo y la discriminación en Rusia previo a la Copa del Mundo del próximo verano, la FIFA introducirá un sistema de tres pasos en la Copa Confederaciones enfocado a desalentar dicho comportamiento.
El sistema les da a los árbitros la autoridad para parar el juego si llegan a ocurrir comportamientos o cánticos discriminatorios.
El primer paso es un anuncio por las bocinas del estadio exigiendo parar dicho comportamiento; si continua, el árbitro puede parar el juego hasta que pare dicho comportamiento. Si aún continúa, el árbitro puede suspender o anular el juego completamente.
No está claro cómo se decidirá el resultado de un juego anulado si se llegara a dar.
México, por supuesto, ha sido multado un total de ocho veces por los cánticos homofóbicos en la eliminatoria para la Copa del Mundo, con más multas aún por llegar después de que el cántico de “p*to” se oyó claramente en los juegos de la eliminatoria del Tri en junio también.
Dichas multas, diversas campañas anti-discriminación por parte de la Federación Mexicana de Futbol y anuncios verbales y visuales en el estadio no han ayudado en nada para detener el cántico homofóbico.
Habrá que ver si esta amenaza de anular los juegos tendrá algún efecto.
Francamente, incluso con este nuevo sistema de tres pasos anunciado, parece poco probable, por decirlo suavemente, que un árbitro esté dispuesto a anular un juego debido al comportamiento discriminatorio de los aficionados.
Además, por supuesto, es increíblemente hipócrita de parte de FIFA el atacar duro el racismo y la homofobia de los aficionados por un lado mientras que por otro otorga las Copas del Mundo 2018 y 2022 a países con registros deplorables en tal respecto. Si la FIFA estuviera realmente comprometida en sacar estos problemas del juego, la Copa del Mundo no se llevaría a cabo en países donde la homosexualidad es ilegal y/o altamente estigmatizada.