Andy Murray está considerando someterse a cirugía para tratar de resolver el problema de cadera que lo ha forzado a posponer su inicio de la temporada 2018.
Murray no ha aparecido en un partido competitivo desde que fue eliminado de Wimbledon el pasado junio y a principios de esta semana fue forzado a retirarse del Brisbane International.
Él anunció el retiro en una publicación de Instagram donde mencionó, “he estado pasando por un periodo muy difícil con mi cadera y he buscado consejo con una serie de especialistas en cadera.
Me han recomendado tratar mi cadera de manera conservadora desde el US Open, he hecho todo lo que me han pedido desde el punto de vista de rehabilitación y he trabajado extremadamente duro para tratar de regresar a competir a las canchas”.
La publicación continuó explicando que Murray ha estado jugando sets de práctica en Brisbane con algunos de los jugadores de mayor nivel y es evidente que aún no está al nivel en el que pueda competir.
Explicó luego que tiene ahora la opción entre más rehabilitación y darle a su cadera más tiempo para recuperarse o someterse a cirugía. Sin embargo, aparentemente las probabilidades de un resultado exitoso de la cirugía no son tan altas como Murray hubiera esperado.
Murray mencionó que es “algo que tengo que considerar pero esperemos que no”.
El jugador ha confirmado que permanecerá en Australia mientras decide si compite en el Abierto de Australia, el primer grand slam del año que inicia el 15 de enero.
También usó la publicación para reiterar su amor por el juego y lo mucho que desea regresar a las canchas, “Cada vez que despierto en la mañana o después de una siesta espero que esté mejor y es algo desmoralizante cuando uno va a la cancha y no está al nivel que uno necesita para competir a este nivel”.