El nombramiento de un nuevo director técnico daría un indicativo claro sobre la dirección que tomará México en los próximos años, pero la escuadra del entrenador interino, Ricardo “Tuca” Ferretti, para los próximos dos amistosos pareciera ser el primer paso de lo que será una extraña y dolorosa pero a la vez prometedora renovación previo a Catar 2022.
Aún estamos en ese periodo de feroz debate sobre El Tri en sus primeros juegos posteriores a la era de Juan Carlos Osorio, donde el no poder pasar de nuevo a los cuartos de final lleva a un periodo de introspectiva sobre el futuro de la selección mexicana, los jugadores jóvenes y la Liga MX.
El proceso de toma de decisiones fue quizá el más fácil para Ferretti, en términos de dejar fuera a jugadores en el extranjero y poder nombrar una escuadra que es prácticamente la siguiente generación, con un promedio de edad de la escuadra de 24 años.
México jugó bien contra Alemania en Rusia, suficientemente bien contra Corea del Sur, terrible contra Suecia y luego se quedó sin potencia contra un muy buen equipo de Brasil.
Jugadores como Javier Hernández, Héctor Moreno, Andrés Guardado, Carlos Vela y Miguel Layún fueron todos parte del campamento para la Copa del Mundo que duró más de 40 días y no estarán viajando. A pesar de las quejas de algunos analistas, dichos jugadores se merecen un descanso y es en el mejor interés de la selección el no agotarlos para la Copa de Oro del próximo verano.
Pero la excusa conveniente no tapa el hecho de que muchos jugadores clave estarán llegando al final de sus carreras en cuatro años y se requiere de un cambio generacional que se deberá realizar en algún momento entre hoy y Catar. Qué tan rápido se realizará y si será gradual o todo a la vez dependerá de quién sea el nuevo entrenador y qué tan bien se desarrollen los jóvenes en sus clubes.
Claramente, ahora no es el momento para deshacerse de todos los jugadores de nombre establecido. Los jugadores que juegan en Europa cuentan naturalmente con una considerable ventaja sobre los jóvenes desarrollándose en la Liga MX. Dicho esto, estos juegos son una oportunidad para jugadores jóvenes de México que probablemente no la esperaban tan temprano en su carrera y hay algunos talentos prometedores.
El jugador de 18 años del Club América, Diego Laínez, encabeza la lista junto con su compañero de equipo, Edson Álvarez (20 años), el jugador de 19 años del Cruz Azul, Roberto Alvarado, y del Monterrey, Jonathan González, de 19 años. Los cuatro parecen ser serías promesas y componentes clave pensando a futuro.
Aparte de ellos, están los jóvenes establecidos en la Liga MX como el trío del Pachuca, Erick Aguirre, Víctor Guzmán y Erick Gutiérrez; los defensas del Santos Laguna, Jesús Angulo, Jose Abella y Gerardo Arteaga; el jugador del Monterrey, Rodolfo Pizarro; los de Chivas, Ángel Zaldivar y Orbelín Pineda; y de Pumas, Jesús Gallardo y el más desarrollado de todos, el jugador del PSV Eindhoven, Hirving Lozano.
El puesto de portero también se ha rejuvenecido. El portero del Club Tijuana, Gibrán Lajud y del Necaxa, Hugo González, acompañan a Guillermo Ochoa, de 33 años, quien es el último miembro de la escuadra con más de 30 años y parece que será el capitán.
Puede haber cierta discusión de por qué jugadores como Jose Juan “Gallito” Vázquez, Omar Govea, Javier Aquino, Jurgen Damm y otros jugadores no han sido incluidos. Y el debate sobre una futura inclusión del lesionado Giovani dos Santos y Vela puede esperar para otro momento.
Por ahora, la escuadra de Ferretti representa una instantánea de los vendrá para México. Los potenciales directores técnicos de tiempo completo estarán interesados en ver a los jugadores enfrentarse a la fuerte escuadra de Uruguay.
Un once inicial con Ochoa, Luis “Chaka” Rodríguez, Álvarez, Salcedo, Gallardo, González, Gutiérrez, Laínez, Alvarado, Lozano y Raúl Jiménez sería riesgoso en este momento, pero emocionante en términos de lo que podría llegar a ser.
Sin embargo, el problema eterno que es el constante quedarse en octavos de final por parte de México en las Copas del Mundo hace enfocarse en lo que viene, más que para otras naciones. La incógnita de qué tan alto puede llegar a ser el nivel de estos próximos seleccionados mexicanos presenta una emocionante posibilidad para mejorar lo que logró el grupo anterior y el poder llegar al ilusorio “quinto partido”.
Pero nadie debe dudar que la barra ha sido puesta muy alta por este grupo de jóvenes jugadores. La generación de la Copa del Mundo de 2018 encontró su camino hasta Europa en números récord. La pregunta principal es si la siguiente generación puede mejorar eso.
Estos dos próximos juegos no ofrecerán conclusiones firmes en ningún sentido, pero serán una fascinante primera imagen de cómo este grupo de jóvenes jugadores enfrentará el reto.