Desde el domingo 26 de junio del 2022, la National Hockey League tiene campeón indiscutible: Colorado Avalanche.
Con su último triunfo de 2-1 frente al Tampa Bay Lightning, la escuadra de Denver levantó la Stanley Cup por tercera vez en su historia. Tuvieron que pasar más de veinte años para que los “Avs” volvieran a probar el dulce sabor de la gloria.
El 24 de junio en el juego 5, tuvieron que asimilar el sentimiento de decepción y frustración, delante de miles de aficionados que se reunieron en el Ball Arena, para apoyar al máximo y alentar incondicionalmente a los suyos. No lograron tener ventaja en ningún momento del partido. En el primer período recibieron un balde de agua helada de la mano de J. Rutta. En el segundo cuarto empataron cartones con anotación de Nichushkin, pero volvieron a verse superados con gol de Kucherov. En el último capítulo nivelaron cuando Makar se vistió de héroe, pero se vieron sorprendidos con la velocidad y eficacia de Palat, que le dio el triunfo definitivo de 3-2 a los todavía bicampeones.
El viaje a la bahía para afrontar el juego 5 con ventaja de 3-2 fue bastante complicado. Querían levantar la copa arropados por sus fanáticos, pero entendían que tenían una sola misión: vengar la derrota anterior, con la misma dosis que los envenenó, y así regresar a casa con el anhelado título. No obstante, la tarea se antojaba cuesta arriba, porque los “Bolts” contaban con la motivación ideal, acompañada de la adrenalina que su gente les iba a transmitir en cada segundo del juego 6.
Apenas habían transcurrido tres minutos de juego, cuando los locales encontraban el 1-0 que les daba el oxígeno que necesitaban. Sin embargo, llegado el segundo período, los visitantes encontraron el camino de la remontada guiados por su gran líder: Nathan MacKinnon. El All-Star canadiense marcó el gol del empate y asistió a Artturi Lehkonen para que consiguiera el tanto de la remontada. Darcy Kuemper realizó 22 salvadas y le puso candado a su meta. El tercer episodio se mantuvo entre nervios, intensidad y finalmente en ceros. La tristeza y el silencio secuestró las esperanzas de un posible tricampeonato. El éxtasis invadió los corazones del mejor equipo de la temporada y de los playoffs. El premio Conn Smythe al Jugador Más Valioso de Postemporada fue a parar en manos del canadiense Cale Makar, defensa del Avalanche.
El Monarca fue destronado en su propio reino. Ha nacido un nuevo Señor de los Hielos.
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