El ambiente no favorece a Jermell Charlo de cara a su pelea frente al mexicano Canelo Álvarez, pero tiene el reto de su vida para sorprender y dar un golpe de autoridad.
Se acerca el momento de la verdad. La gran misión de pegar el batacazo la tiene ante sus ojos Jermell Charlo (35-1-1, 19 nocauts) el próximo 30 de septiembre, cuando enfrente a Saúl ‘Canelo’ Álvarez en Las Vegas.
La meta es que muestre su mejor versión, que sea el mejor peleador que pueda ser. ¿Ganar o perder? El resultado puede ser secundario, lo primero es abonarle al prestigio de su nombre.
El simple hecho de haber firmado una pelea contra Canelo, ya le garantiza a Jermell Charlo tener focos como nunca ha tenido y ganar dinero como jamás lo ha hecho; ni siendo campeón indiscutido (de peso superwelter). El paso dos es dar un buen espectáculo que lo posicione en el escenario mundial y le garantice regresar a las 154 libras (su peso natural) para ser un imán de taquilla ahí.
Canelo contra Charlo es el primer duelo de campeones indiscutibles en la era de los cuatro cinturones (a partir de 1988) ; pero los campeones no son del mismo nivel. Charlo está en una etapa en la que dominó deportivamente su peso y ahora, a los 33 años, necesita consolidar su nombre hacia la parte final de su carrera.
Punto a favor de Charlo es que Canelo no noquea desde que lo hizo en noviembre de 2021 contra Caleb Plant para convertirse en titular indiscutible súper mediano. Luego perdió ante Dmitry Bivol en las 175 libras y volvió para superar a Gennadiy Golovkin y John Ryder. En Guadalajara, dañó a Rayder (lo mandó a la lona y le fracturó la nariz), pero no pudo noquearlo, ni tampoco pudo convencer y Ryder se fue con la cara en alto.
El mismo Canelo ha dicho que en esas peleas no pudo mostrar su mejor versión, no tenía la confianza en su mano; pero promete que ahora lucirá mejor. Su campamento lo hizo en la soledad del Lago Tahoe; está de vuelta y necesita confirmarse. Así que para Charlo, completar la ruta será una ganancia.
En las conferencias de prensa de presentación del combate, Jermell defendió su decisión de subir categorías de peso (de 154 a 168) para enfrentar a Saúl Álvarez. Dijo que tiene orgullo, dignidad. “La pelea con Canelo significa mucho porque estaré peleando por mi familia, por mi gente, y obviamente no quiero decepcionarlos”, aseguró.
Jermell, el menor de los gemelos Charlo por un minuto, ha intentado ironizar con su posición familiar: “’Canelo’ se va a dar cuenta que yo, en realidad, soy el Charlo grande”. La misión es refrendar su dicho.
Y lo necesita, porque al “legalizar” su condición de peleador duro, competitivo, se le puede abrir la ruta para enfrentar a Terrence Crawford. Por eso es falso que se diga que no tiene nada que perder. A sus 33 años, si puede perder, y mucho.
Sus armas para buscar ser competitivo el próximo sábado en Las Vegas parten desde su habilidad en las fintas, saber mover los pies y contragolpear. Jermell ha noqueado a la mitad de sus oponentes (51.35%), pero es menos poderoso que su hermano que llega casi al 70% de efectividad.
Como sea, armas tiene para complicar a Canelo. Y una cosa es muy importante, puede oler la necesidad de Saúl Álvarez por dar un espectáculo brillante, dominante, que le permita seguir siendo el referente del negocio en los próximos años. Los dos se juegan el futuro, un futuro que, más allá de los 30 años en ambos casos, se comienza a agotar.
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