Cabizbajo, triste, así dejó Lautaro Martínez el Ataturk Olympic Stadium de Estambul, seis meses después de levantar la Copa del Mundo en Qatar y dos años antes de la cita en el Allianz Arena de Munich, donde podrá tener su revancha, su oportunidad de ganar su UEFA Champions League con Inter frente a PSG y, esta vez sí, ser protagonista
Será una final especial para Inter, pero para Lautaro Martínez en particular. Porque el delantero sabe muy bien lo que es alcanzar la gloria en el fútbol. Ya cuenta con siete títulos con la camiseta nerazzurra, pero ninguno internacional. Estuvo cerca dos veces, primero en la UEFA Europa League 2020 perdida 3-2 ante Sevilla y luego en el 0-1 ante Manchester City en la Champions en 2023.
Mientras que con la Selección Argentina, el Toro ya ganó todo, pero con el sinsabor de no haber podido tener un rol más relevante en el Mundial 2022. La definición en Munich reúne todas las condiciones para que sea la de Lautaro.
Lautaro supo ser importante en el camino de Argentina e Inter, pero quedó en deuda en el final
Se puede trazar una suerte de paralelismo entre lo que fue la conquista de la Copa del Mundo y el subcampeonato de Inter en 2023, claro, excepto por los resultados. Tanto Argentina como Inter llegaron a la instancia decisiva, en gran parte, gracias al aporte de Lautaro Martínez.
En el caso de la Selección, el delantero ha sido una pieza fundamental en todo el ciclo de Lionel Scaloni, pero con la desgracia de arribar a la gran cita en Doha con problemas físicos. Eso, sumado al gran nivel de Julián Álvarez, quien hasta ahí era el nueve fijo de la Albiceleste perdió el puesto. Si bien fue titular en dos partidos e ingresó en otros, no pudo anotar ni un gol. Sin dudas, aunque es tan merecedor del título como los que jugaron más, esa es una espina que le quedó al goleador.
Hace un tiempo, entre lágrimas, confesó: “Llegué al Mundial con el tobillo así por querer estar siempre en campo. Haberme perdido Rusia había sido un golpe durísimo para mí y llegar así a Qatar no era lo que quería, pero yo soy así. Doy el máximo cada día”.
Para Inter, Lautaro también fue clave para alcanzar la final en 2023, con el gol en lo que fue empate 3-3 ante Benfica por los cuartos de final, resultado que les sirvió para clasificar a semifinales y luego aportó otro tanto en la serie con el clásico della Madonnina, en el partido revancha para el 1-0, que redondeó un 3-0 global sobre Milan.
El bahiense ya era pieza fundamental del equipo de Simone Inzaghi en ese momento, tenía su lugar asegurado en el partido definitivo ante un Manchester City, que llegaba como gran favorito. Sin embargo, las cosas se dieron diferente a lo pensando, pese a que se coronó el conjunto de Pep Guardiola. Porque los ingleses no desplegaron el juego “lindo” que solían exponer y el encuentro transcurrió más en un contexto de lucha, en el que Inter incomodó al rival a base de intensidad y presión.
No obstante, Lautaro no pudo hacer lo suyo: goles, llevar peligro al área contraria. En cambio, se entregó a la batalla que daba su equipo y se alejó de la zona de peligro. Tuvo una buena opción, un mano a mano, cuando el partido todavía estaba 0-0, pero no la concretó. Poco después, Rodri hizo el 1-0 que dejó toda la gloria para Manchester City.
Por qué esta vez sí puede ser la final de Lautaro
Lusail, con la copa pero sin protagonismo y las lágrimas en Estambul quedaron atrás. Lautaro hoy es todavía mejor que esos momentos. Creció, evolucionó. Es más que un goleador: es un generador de ataques, es un líder del grupo. La temporada 2022/23 lo convirtió en el capitán del Inter. Y se tomó el nuevo rol muy en serio. La 2023/24 fue su mejor temporada desde su llegada a Italia, procedente de Racing.
Para comenzar, le dio la tercera Supercopa de Italia consecutiva a su equipo, con el gol de 1-0 ante Napoli. Poco después, destronó a Mauro Icardi como máximo artillero argentino en la historia del Nerazzurro, con 124 conversiones. Y con sus 24 tantos (superando los 21 hechos los dos años previos), guió al Inter a coronarse en la Serie A con cinco fechas de antelación al ganar por 2-0 en el derbi con Milan.
Entre los logros nacionales, quedó enterrada la temprana eliminación en la Champions, en octavos de final ante Atlético Madrid. Lautaro apenas pudo marcar dos veces en esta edición. Pero su redención en finales empezó a asomar vestido de celeste y blanco, cuando en el tiempo suplementariol en Miami, fue el autor del 1-0 ante Colombia para el bicampeonato en la Copa América.
Ahora sí, con el Scudetto todavía fresquito en las vitrinas, en este 2024/25 los cañones apuntaron al escenario europeo. Si bien Inter también protagonizó la Serie A, el argentino solo hizo 12 goles, mientras que en el plano internacional, el campeón del mundo aportó 9 tantos con los que se convirtió en el máximo goleador del club en la competición con 21, delante de Sandro Mazzola. Cinco de ellos en la fase de grupo, que con el nuevo formato, resultaron fundamentales para clasificar directamente a los octavos de final.
También gritó en la primera serie eliminatoria ante Feyernoord, que el conjunto italiano superó sin inconvenientes por 4-1. Fue la gran figura en los cuartos de final contra Bayern Munich, abrió el marcador en la ida y anotó el empate parcial en la revancha, que terminó siendo victoria agónica por 2-1 en la visita a Alemania.
En la semifinal iniciada en el Estadi Olímpic Lluís Companys, Lautaro tuvo que ser reemplazo en el entretiempo por “una elongación de los músculos flexores del muslo izquierdo”, que lo puso en seria duda para la vuelta, luego del inolvidable empate 3-3 con Barcelona.
La revancha fue todavía más increíble. Martínez estuvo desde el arranque, contra todas las previsiones, y de nuevo, fue el encargado de anotar el primero en un partido, que quedará para la historia, que fue triunfo por 4-3, con pasaje a la final incluído.
El Toro aguantó todo lo que pudo, a 20 del final, tuvo que salir. Después del encuentro reconoció: “Estaba un poco en duda porque tenía la pierna un poco mal. Los primeros días estuve llorando en casa porque no era lo que quería. Hice doble sesión toda la semana. Busqué recuperar pese al poco tiempo y pude estar en el campo. Vivo el fútbol así”.
De las lágrimas de tristeza de hace dos años, a las lágrimas de dolor y frustración de hace unas semanas, las próximas lágrimas en los ojos de Lautaro Martínez pueden y deberían ser de emoción y orgullo. Él creció, superó los golpes pasados y ahora está listo para que la de Munich sea su final, su Champions.
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