FRANCIA venció en Moscú a Croacia 4 a 2 en una final de la Copa Mundial que pasará a la historia.
Les Bleus era uno de los equipos favoritos rumbo a Rusia y justificó el fervor con una impresionante actuación en un partido lleno de puntos de discusión.
No olvidaremos pronto la final de la Copa Mundial 2018, y tampoco los libros de historia.
El torneo que nos dio tantas controversias del VAR (arbitraje asistido por video) y escándalos de clavados nos dio todo y más en un loco partido decisivo que terminó en éxtasis para Francia y desconsuelo para Croacia.
Les Bleus fue superado en gran parte del partido, pero mostró un implacable instinto asesino que su oponente carecía para ganar la final 4 a 2.
Este partido decisivo vio la misma cantidad de goles que las últimas cuatro finales de la Copa Mundial juntas, ya que hoy fue la primera vez desde 1958, cuando Brasil venció a Suecia 5 a 2, que se anotaron más de cinco goles en una final.
Fue una exhibición de locura en Moscú tanto por las acciones, buenas y malas, de los jugadores y también de algunos espectadores. Craig Foster, analista de fútbol de SBS, lo describió perfectamente cuando dijo que fue “una de las mejores finales de la Copa Mundial”.
Croacia comenzó con más fuerza, encontrando constantemente amplios espacios por el flanco izquierdo. Ivan Perisic ejecutó la mayoría de las carreras tempranas, pero sus jugadas no llegaron a la meta.
A pesar de este dominio, Francia fue el primero en encontrar el fondo de la red. Croacia se quejó cuando se le otorgó un tiro libre a Antoine Griezmann justo a las afueras del área, pero sus súplicas cayeron en oídos sordos y el delantero aprovechó su buena fortuna.
Disparó un peligroso balón y Mario Mandzukic saltó para intentar desviarlo con la cabeza, pero el balón rozó su cabeza y terminó dentro de su propia portería; el primer autogol en la historia de las finales de la Copa Mundial.
“Es un cruel golpe para Croacia”, dijo el comentarista de SBS Martin Tyler.
Pero no pasó mucho tiempo para que Croacia obtuviera su venganza. Después de sus primeras carreras de prueba, Perisic finalmente obtuvo resultados cuando el balón llegó a él al borde del área luego de un pase de tiro libre. Controló el balón y disparó una bala a la esquina inferior de la red para igualar 1 a 1 a los 28 minutos de partido.
Como ocurrió en diversas etapas del torneo, VAR entró en acción y atormentó a Croacia cuando Perisic pasó de ser un héroe a ser el villano. El partido se detuvo por varios minutos mientras el árbitro, en la banca de Francia, revisaba las repeticiones de una jugada de ataque para comprobar si el balón había golpeado la mano del jugador croata.
Después de extensas revisiones desde varios ángulos, el árbitro confirmó sin dudas que el balón había golpeado el brazo de Perisic y señaló el penal. Griezmann no erró y Francia avanzó 2 a 1.
Foster no podía comprender cómo Francia llevaba la delantera en el medio tiempo cuando era Croacia quien había dominado la mayor parte de los primeros 45 minutos.
“¿Cómo es que Francia lleva la delantera en este partido 2 a 1? realmente no tengo idea, porque ha sido Croacia el equipo que se ha mantenido más positivo, el que ha sido más creativo, el que ha atacado más y ha sido más agresivo y que ha llegado más al área desde los primeros momentos del partido”, dijo Foster durante un descanso.
“Francia debe estar pensando ¿cómo es que estamos ganando el partido?” Cada vez que el balón se elevaba, Francia parecía muy vulnerable, era increíble.
“Han tenido miedo cuando el balón está en el aire, es increíble”.
Justo como lo hizo durante la primera mitad, Croacia comenzó el segundo tiempo siendo el equipo más peligroso. Ivan Rakitic colocó un hermoso pase por detrás de la defensa justo al paso de Ante Rebic, cuyo disparo de pierna izquierda obligó al portero, Hugo Lloris, a dar un salto desesperado apenas tocando el balón para hacerlo pasar por arriba del travesaño.
Kylian Mbappe amenazó con anotar en un contraataque en el que se mantuvo de pie dentro del área bajo la presión de Domagoj Vida, pero su disparó golpeó al guardameta.
El juego tuvo que ser detenido por una invasión al campo de juego. Al menos tres personas fueron perseguidas y arrastradas fuera del campo por el personal de seguridad a los cinco minutos del segundo tiempo.
La pausa no distrajo a Francia de su misión cuando Paul Pogba comenzó, y después culminó, con un movimiento astuto. Disparó un perfecto pase largo desde su propia media cancha dirigido a Mbappe en el flanco derecho, quién aceleró el paso y se dirigió al área chica.
Griezmann tuvo el balón en sus pies de espaldas a la portería, pero no se apresuró al dar un pase hacia Pogba, quien se había adelantado para alcanzar el borde del área chica. Su primer disparo fue bloqueado, pero mantuvo la compostura para hacer un esfuerzo lateral con su pierna no preferida con el que logró una anotación.
La pesadilla empeoró para Croacia, cuando Mbappe anotó para el 4 a 1 con 25 minutos aún para jugar. Lucas Hernández avanzó para luego dirigir un pase a su compañero adolescente al inicio del área.
El joven Mbappe de 19 años lanzó un potente disparo a la esquina inferior para anotar su cuarto gol del torneo.
Justo cuando pensábamos que Francia se escaparía, Lloris fue el responsable de lo que Martin Tyler llamó una “catástrofe absoluta” y un “momento de locura” en el minuto 69.
Un simple pase de retroceso encontró su camino hacia el portero, quien la tocó, pero luego pareció cambiar de opinión en el último segundo acerca de su siguiente acción. En lugar de despejar el balón, intentó tocarlo con la parte exterior de su pie izquierdo, solo para que el balón golpeara el pie de Mandzukic y rebotara atrás del guardameta para el 4 a 2.
Croacia peleó con bravura hasta el final, pero la actitud de “nunca digas nunca” que los vio ganar en los últimos tres juegos eliminatorios después de los tiempos extra, no podía salvarlos ahora. No importó lo que la tropa del director técnico Zlatko Dalic lanzara a Les Bleus, el milagro no se dejó venir.
Al sonido del silbato del segundo tiempo hundió desesperados a los croatas en el césped, mientras que las estrellas francesas celebraron como si fuera 1998; la última vez que Francia ganó la Copa Mundial. Esa espera de 20 años para la siguiente victoria ahora valía la pena.